martes, 5 de octubre de 2010

El final del Túnel

Ésta era una improvisación realizada en dos mañanas... (mañanas largas), no queda muy claro porque tiene un ligero toque personal, pero espero que sea mínimamente apreciado... cuando menos...

El Final del Túnel



Hay un poco de luz todavía, emanando allí en la lejanía, más allá de las paredes de oscuridad. Yo lo sé, un poco de ella me ha tocado y me ha permitido seguir.
El clamor de mil pesadillas sigue aullando, lamentándose en mi interior. Sé que esta prisión es infinita. Entiendo aquello tan bien como entiendo lo estúpido que fue observar a la profundidad del túnel, en primer lugar. Si tan sólo…
No, no importa. Al fin y al cabo, es lo mismo. Una visión eterna, excretada por mi propio hedor, o un padecimiento, largo, pero iluminado, aunque sea un poco. Caminando, arrastrándome, hacia un sitio donde no sea posible la existencia sin la luz de ella.
Donde mi alma deje el dolor de las cicatrices de mil vidas, y saboree por fin, un poco de esperanza, embriagarse, envenenarse incluso de la luz de esperanza y belleza que emana de esa efigie delicada y pálida que sigue guiándome a través de este túnel, donde está escrito mi nombre en mil maldiciones distintas. Y junto a ella, caería de rodillas, llorando tanta felicidad, sufriendo porque mi cuerpo impropio y pútrido no la merece, pero sufriendo por amor por fin.
Pero… ¿estoy llorando ya? Es un poco de líquido, rezumando de mí, un poco, que no es sangre.
Debe ser que comprendo un poco más su belleza.
O tal vez que he vuelto a observar lo que compone mi cuerpo, y que he entendido.
Lo lejos que estoy.
Tal vez ya esté allí, cuando haya terminado de morir.